domingo, 24 de enero de 2010

Jugando con el Enemigo: Nelson Mandela y el Juego que hizo a una Nacion






Invictus, 5 estrellas

El 28 de enero se estrena en la Argentina el film Invictus, la película de Clint Eastwood, que presenta un episodio inolvidable, donde Nelson Mandela y el capitán de la selección sudafricana, Francois Pienaar, unieron a más de 40 millones de personas bajo un único color: el de la igualdad.




Aquel día, un partido de rugby se convirtió en el momento más trascendente de la historia de Sudáfrica. Un fogonazo de reconciliación jubilosa en el que hasta entonces era la nación con mayor división racial del mundo.
Desde 1948 hasta 1994 una minoría blanca, un diez por ciento de la población, subyugó a la mayoría negra, un 90 por ciento, auspiciados en uno de las regímenes más atroces del siglo XX, el apartheid.
Guerra, muerte, campos de concentración, opresión y racismo. A la par de las atrocidades de Hitler o Stalin, Sudáfrica fue un 'estado de sitio' en el que negros, indios y mestizos eran considerados ciudadanos de segunda o sencillamente animales.
Las leyes establecían zonas segregadas tales como escuelas, hospitales, autobuses y hasta bancos en los parques públicos; y por supuesto el deporte no escapó a las divisiones sociales: los negros jugaban al fútbol; la población blanca practicaba el rugby y el criket. Estos dos últimos monopolizaban los canales deportivos de televisión, mientras el deporte Rey era despreciado por las clases pudientes y gobernantes del país.
Este verano la Copa del Mundo de Fútbol de Sudáfrica verá sus estadios abarrotados de banderas nacionales, estridentes trompetas y miles de seguidores de todo color y condición. Hoy sigue siendo un país pobre, pero donde las diferencias sociales las marca el dinero y no el color de la piel, algo que no sucedía hace sólo 15 años.
El puente lo abrió la Copa de Mundo de Rugby en 1995. Nelson Mandela, presidente del país hacía apenas un año, hizo causa común con Francois Pienaar, el capitán blanco de la selección sudafricana de rugby, los Springdoks, transformando un deporte que había sido un símbolo de división racial en un instrumento de unidad nacional.
El rugby no sólo era un deporte exclusivo de blancos. Para los sudafricanos negros era el mazo opresor de su gente, era la gran pasión de los blancos y su seña de identidad. Desde allí forjó Mandela su reconquista del país. "Antes del partido inaugural vino a nuestra sesión de entrenamiento en Silvermines en Ciudad del Cabo para decirnos, hola, lo trajo un helicóptero y nos saludo a todos". "Lo llamábamos Madiba Magic, él tenía la magia, tenía el aura. Yo estaba impactado por su humilda", explicó Pienaar días después.
El día del partido
Aquella mañana Mandela vestía la camiseta de los Springboks, de color verde, el color de la dominación blanca, en esa camiseta llevara el número 6, el de Pienaar. Cuando entró en el estadio el silencio ahogó todo lo demás: saludó uno por uno a las formaciones de ambos equipos, cuando un rugido unánime cruzó todo Sudáfrica y 72.000 personas rompieron a gritar: "Mandela, Mandela".
"En ese momento nos dimos cuenta que había un país entero detrás nuestro, y que este hombre tuviera puesta la camiseta de los Springbok era un signo, no sólo para nosotros, sino también para toda Sudáfrica", comentó días después el medio melé Joost van der Westhuizen. Aquel sentimiento cruzó la nación y casi 40 millones de personas empezaron a remar en una sólo dirección.
Desde los guetos más oscuros de Johanesburgo, pasando por la colonial Cape Town, hasta la capital Pretoria; negros, blancos indios y mestizos abrazaron el mensaje de Mandela y llevaron en volandas al equipo nacional, que disputó la final ante los por entonces invencibles All Blacks de Nueva Zelanda.
Una imagen que cambió la historia
El partido fue un ejercicio de fe de los Springboks, con pocos recursos técnicos y netamente inferiores en el juego ofensivo, llevaron el choqhe a su fuerza defensiva: la línea sudafricana resultó inexpugnable y todos los puntos llegaron de patada, no hubo ni un sólo ensayo. El partido acabó 9-9 y en el tiempo extra y a falta de siete minutos para el final, con un drop, Joel puso el 15-12 para Sudáfrica.
La imagen de Mandela entregando el trofeo a Pienaar se transformó en una de los momentos más importantes del siglo XX, con su camiseta verde y el estadio vitoreando su nombre Mandela le dijo a Pienaar: "Gracias por lo que habéis hecho por nuestro país". Y éste le contestó: "Esto no es nada comparado con lo que ha hecho usted por nuestra nación". Un gesto que simbolizó nada menos que el fin del apartheid.
Aquel fue un día en que la pasión y los deseos de grandeza rompieron los enquistados tabúes de una nación que hoy vive sumergida entre el sida, la pobreza y la corrupción. La Copa del Mundo de Fútbol del 2010 será una prueba de fuego para un país que abandera los pocos progresos del continente africano. Quizá Sudáfrica esté a la puertas de otro milagro. Ojalá.

lunes, 11 de enero de 2010

Maracaibo Inicia entrenamientos de pretemporada


El Maracaibo Rugby Football Club iniciara mannana Martes 12 de enero sus entrenamientos de pretemporada de cara a la proxima defensa del Campeonato Nacional de Rugby en su edicion 2010. Con un elenco que se mantiene practicamente intacto con respecto a la zafra anterior, los Oil Blacks comenzaran a prepararse para reeditar la actuacion del 2009 en donde se titularon Campeones Nacionales y Campeones Occidentales.